El palacio de los Duques del Infantado es un palacio de estilo gótico isabelino con elementos renacentistas situado en Guadalajara y que fue mandado construir por Íñigo López de Mendoza y Luna, segundo duque del Infantado, a finales del siglo XV.
El palacio del Infantado está situado en el mismo lugar que ocupaban las "casas principales" de don Pedro González, primer Mendoza alcarreño. Hacia 1480 el segundo Duque del Infantado, Íñigo López de Mendoza y Luna, derribó las antiguas casas de la familia y decidió construir un nuevo palacio «por acrecentar la gloria de sus progenitores y la suya». En 1483 se completó la fachada, poco después el patio y al finalizar el siglo el palacio ya estaba completo en su estructura básica. Al terminar el siglo XV el monumento lucía en todo su esplendor de goticismo, de artesonados y de riquezas. Las trazas se deben a Juan Guas, arquitecto toledano.
En 1560 se casó en este palacio el rey de España Felipe II con Isabel de Valois.
En 1569 el quinto Duque del Infantado inició una serie de reformas dirigidas por Acacio de Orejón que tendían a equiparar el palacio con la residencia que el rey Felipe II estaba levantando en las cercanías de Madrid. Intentó conseguirlo poniendo ciertos detalles renacentistas en la fachada (abrió nuevas ventanas, tapó las antiguas, desmochó los pináculos góticos), en el patio, cuyo nivel fue elevado, y decorando los techos de los salones bajos con pinturas al fresco realizadas por artistas italianos que estaban trabajando en El Escorial, como Rómulo Cincinato. Se construyó también el "jardín mitológico" junto al palacio.
Es uno de los edificios más emblemáticos de nuestra ciudad y un original ejemplo de palacio renacentista en todo el mundo, con emblematicos detalles de origen mudéjar, como las puntas de diamantes.
Nuestros alumnos están realizando preciosas interpretaciones del Palacio:
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